Pero yo respondí, diciéndoles: “El Dios del cielo se encargará de que tengamos éxito. Nosotros, sus siervos, comenzaremos a reconstruir, pero Jerusalén no les pertenece, y ustedes no tienen autoridad ni derecho sobre ella”.
“Hijo de hombre, estos hombres están adorando a los ídolos en su mente, aunque saben que esto los llevará a pecar. ¿Por qué debo responder a sus peticiones?
“Cuida de mis ovejas”, le dijo Jesús. “Simón, hijo de Juan, ¿me amas?” le preguntó por tercera vez. Pedro estaba triste de que Jesús le hubiera preguntado por tercera vez si él lo amaba. “Señor, tú lo sabes todo. Tú sabes que te amo”, le dijo Pedro. “Cuida de mis ovejas”, dijo Jesús.
Ustedes saben que ciertamente ninguna persona que cometa inmoralidad sexual, indecencia, que sea codiciosa, o idólatra heredará cosa alguna en el reino de Cristo y de Dios.
Es por eso que la tribu de Leví no tiene derecho a la tierra o a la participación entre las otras tribus. El Señor les provee lo que necesitan, tal como el Señor su Dios prometió.
Celebrarán allí en presencia del Señor su Dios, ustedes, sus hijos e hijas, sus esclavos y esclavas, y los levitas que viven en sus pueblos, porque no tienen ninguna participación en la asignación de tierras.
El Señor puso una frontera – elrío Jordán- entre nosotros y ustedes, descendientes de Rubén y Gad. Ustedes no pertenecen al Señor’. Así tus descendientes podrían impedir que los nuestros adorasen al Señor.
Yo enviaré a muerte a sus hijos. Entonces todas las iglesias sabrán que yo soy el que examina los pensamientos y las motivaciones. Yo recompensaré a cada uno conforme a sus obras.
¡Benditos y santos son los que tienen parte en la primera resurrección! Porque la segunda muerte no tiene poder sobre ellos. Ellos serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él durante mil años.
Si alguno quita las palabras proféticas de este libro, Dios le quitará su parte en el árbol de la vida y de la ciudad santa que se describe en este libro.