Luego Dios dijo: ‘Yo castigaré a la nación que los tome como esclavos. Y al final saldrán de allí y vendrán aquí a adorarme’.
Ahora debes irte, porque yo te envío donde el Faraón para que saques a mi pueblo Israel de Egipto”.
“Yo estaré contigo”, respondió el Señor, “y esta será la señal de que soy yo quien te envía: cuando hayas sacado al pueblo de Egipto, adorarás a Dios en este mismo monte”.