“Nuestros antepasados tenían el Tabernáculo del testimonio en el desierto. Dios le había dicho a Moisés cómo tenía que hacerlo, siguiendo el modelo que había visto.
Entonces David le dio a su hijo Salomón los planos del pórtico del Templo, de sus edificios, de los almacenes, de las salas superiores, de las salas interiores y de la sala para el “lugar de expiación”.
Entonces el rey llamó al sumo sacerdote Joiada y le preguntó: “¿Por qué no has ordenado a los levitas que recauden de Judá y Jerusalén el impuesto que Moisés, siervo del Señor, y la asamblea de Israel impusieron para mantener la Tienda de la Ley?”
Lo siguiente es lo que se usó para el Tabernáculo del Testimonio, registrado bajo la dirección de Moisés por los levitas bajo la supervisión de Itamar, hijo del sacerdote Aarón.
Haz que tus hermanos de la tribu de Leví, la tribu de tu padre, se unan a ti para ayudarte a ti y a tus hijos con tu servicio en la Tienda del Testimonio.
Pero el lugar donde ellos sirven es una copia, una mera sombra de lo que hay en el cielo. Y eso fue lo que Dios le dijo a Moisés cuando iba a construir el tabernáculo: “Ten cuidado de hacer todo conforme al modelo que se te mostró en la montaña”.