Tomaron a Absalón y lo arrojaron a un pozo profundo en el bosque, y amontonaron un gran montón de piedras sobre él. Y todos los israelitas huyeron a sus casas.
Ellos se llevaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en un paño de lino junto con la mezcla de especias, conforme a la costumbre judía de sepultura. Cerca del lugar donde Jesús había sido crucificado, había un jardín;
no dejes el cuerpo colgando allí de la noche a la mañana. Asegúrate de enterrar el cuerpo el mismo día, porque cualquiera que sea colgado está bajo la maldición de Dios. No profanen el país que el Señor su Dios les ha dado para que lo posean.