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Referencias Cruzadas
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Hechos 5:5

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Y al oír estas palabras, Ananías cayó al suelo y murió. Y todos los que oyeron lo que había sucedido estaban horrorizados.

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26 Referencias Cruzadas  

Volviéndose, los miró y lanzó una maldición sobre ellos en nombre del Señor. De repente, dos osos hembras salieron del bosque y mutilaron a cuarenta y dos de ellos.

Ese día, David tuvo miedo de Dios. “¿Cómo podré devolver el Arca de Dios a mi casa?” , se preguntó.

Por no haber estado allí la primera vez para llevar el Arca, el Señor, nuestro Dios, estalló en violencia contra nosotros. No la tratamos de acuerdo con sus instrucciones”.

¡Me estremezco al pensar en ti, y te temo por tus juicios!

Entonces todos temerán. Dirán que esta es la obra de Dios, y se darán cuenta de las cosas que Él ha hecho.

Esta es la respuesta del Señor Dios Todopoderoso: Por lo que has dicho, haré que mis palabras sean como un fuego en tu boca y que tú seas como la leña que quema.

Mientras yo profetizaba, Pelatías hijo de Benaía murió. Caí al suelo boca abajo y grité con fuerza: “Señor Dios, ¿vas a destruir por completo lo que queda del pueblo de Israel?”

Moisés explicó a Aarón: “Esto es lo que el Señor estaba hablando cuando dijo: ‘Mostraré mi santidad a los que se acerquen a mí; revelaré mi gloria para que todos la vean’”. Pero Aarón no respondió.

Mira, la mano del Señor está sobre ti y quedarás ciego. Y no verás el sol por un tiempo”. De inmediato, sobre él cayó neblina y oscuridad, y tuvo que encontrar a alguien que pudiera llevarlo de la mano.

Todos estaban asombrados, y a través de los apóstoles se realizaban muchos milagros y señales.

Ningún otro se atrevía a unirse a ellos aunque eran respetados en gran manera.

Entonces, ¿qué quieren ustedes? ¿Acaso iré con una vara a golpearlos, o iré con amor y espíritu de mansedumbre?

Por eso les escribo sobre esto ahora que no estoy con ustedes, para que cuando sí esté allá, no tenga necesidad de tratarlos con dureza e imponiendo mi autoridad. El Señor me dio autoridad para edificar, no para destruir.

Ya advertí a los que entre ustedes estaban en pecado cuando fui por segunda vez. Aunque no estoy allí, les advierto a ellos una vez más—y al resto de ustedes—que cuando los visite no dudaré en tomar medidas contra ellos,

Miren, por ejemplo, lo que ocurrió cuando tuvieron esta misma experiencia de tristeza que viene de Dios. Recuerden cuán empeñados y afanados se volvieron por defenderse, cuánto enojo sintieron por lo que había sucedido, con cuanta seriedad asumieron las cosas, y cuánto anhelo tenían por hacer lo recto; estaban muy preocupados y deseosos de que se hiciera justicia. En todo esto ustedes demostraron que eran sinceros en su deseo de hacer las cosas rectamente.

Entonces todo israelita se enterará de ello y tendrá miedo, y no hará jamás algo tan malo entre ustedes.

Entonces todos los hombres de su pueblo lo apedrearán hasta la muerte. Deben eliminar el mal de entre ustedes, y todo israelita se enterará y tendrá miedo.

Cuando Acán, hijo de Zéraj, actuó deslealmente al tomar cosas consagradas, ¿no sufrió el castigo todo Israel? No fue el único que murió a causa de su pecado’”.

Y al mismo tiempo hubo un gran terremoto, y una décima parte de la ciudad colapsó. Siete mil personas murieron en ese terremoto, y el resto de la gente estaba llena de horror, y daba gloria al Dios del cielo.

Si alguno intenta hacerles daño, saldrá fuego de sus bocas y quemarán a sus enemigos. Así morirá cualquiera que intente herirlos.




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