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Referencias Cruzadas

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Hechos 5:17

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No obstante, el sumo sacerdote y los que estaban con él (que eran Saduceos) estaban muy celosos y decidieron intervenir.

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24 Referencias Cruzadas  

Ciertamente la ira mata al necio y la envidia al simple.

Una mente en paz ayuda a la salud de tu cuerpo; pero los celos hacen podrir los huesos.

La furia puede ser feroz y cruel; la ira puede ser una inundación destructiva, pero ¿quién podrá soportar los celos?

Observé que toda habilidad en el trabajo proviene de la competencia con los demás. Una vez más, esto es difícil de entender, como tratar de aferrarse al escurridizo viento.

(Él se había dado cuenta que ellos habían arrestado a Jesús por celos para juzgarlo).

Pero cuando Juan vio que muchos de los fariseos y saduceos venían a ser bautizados, les dijo: “¡Camada de víboras! ¿Quién les advirtió que huyeran del juicio que vendrá?

Entonces los jefes de los sacerdotes planeaban matar a Lázaro también,

Los Fariseos se decían unos a otros: “Miren, no estamos logrando nada. Todos corren detrás de él”.

Sin embargo, cuando los judíos vieron las multitudes, se pusieron extremadamente furiosos, contradiciendo lo que Pablo decía y maldiciéndolo.

Pero sufrieron oposición de parte de algunos de los creyentes que pertenecían a la división de los Fariseos. Ellos decían: “Estos conversos tienen que circuncidarse e instruirse para que observen la ley de Moisés”.

Pero los judíos se pudieron celosos y junto a unos agitadores que encontraron en la plaza del mercado formaron una turba. Y se amotinaron en la ciudad, y atacaron la casa de Jasón. Entonces trataron de encontrar a Pablo y a Silas para presentarlos ante la gente.

Los reyes de la tierra se prepararon para la guerra; los gobernantes se unieron contra el Señor y contra su Escogido’.

E incluyeron al Sumo Sacerdote Anás, Caifás, Juan, Alejandro y a otros miembros de la familia de sacerdotes.

Y venían multitudes de los pueblos de Jerusalén, trayendo a sus enfermos y endemoniados. Y todos eran sanados.

“Los patriarcas, quienes estaban celosos de José, lo vendieron como esclavo en Egipto. Pero Dios estaba con él,

envidia, embriaguez, banquetes, y cosas semejantes. Tal como les advertí antes, les vuelvo a advertir: ninguna persona que se comporte de esta manera heredará el reino de Dios.

¿Creen que la Escritura no habla en serio cuando dice que el espíritu que puso en nosotros es celoso en gran manera?

Así que renuncien a las malas obras que hacen: la deshonestidad, la hipocresía, el hablar mal de los demás.




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