y estaba allí una mujer que había estado lisiada durante dieciocho años por culpa de un espíritu maligno. Ella estaba encorvada y no podía pararse erguida.
Un hombre que estaba allí, había estado enfermo durante treinta y ocho años. Jesús lo miró, sabiendo que había estado allí por mucho tiempo, y le preguntó:
Y habían llevado allí a un hombre que había estado paralítico desde su nacimiento. Todos los días lo ponían allí, junto a la puerta del Templo que se llamaba “La Hermosa”, para que pudiera pedir limosna a las personas que entraban al Templo.
Después de proferir más amenazas contra ellos, los dejaron ir. No pudieron resolver cómo podían castigarlos porque todos glorificaban a Dios por lo que había ocurrido.
Después de que los discípulos fueron liberados, fueron donde estaban otros creyentes y les contaron todo lo que los jefes de los sacerdotes y los ancianos les habían dicho.