Pudo ver que estaban a merced del mar mientras remaban, pues el viento soplaba contra ellos. En las primeras horas de la mañana, Jesús se acercó a ellos, caminando sobre el agua. Ya los iba a alcanzar,
Y algunos de los creyentes de Cesarea vinieron con nosotros, y nos llevaron hasta la casa de Nasón, donde íbamos a quedarnos. Él venía de Chipre y fue uno de los primeros creyentes.
Navegamos lentamente durante varios días y finalmente llegamos a Gnido. Pero como los vientos no nos permitían seguir, navegamos al amparo de Creta, cerca de Salmona.