Cuando era cerca de la media noche, durante la decimocuarta noche de tormenta, y mientras aún éramos arrastrados por el Mar Adriático, la tripulación presintió que se acercaban a tierra.
Miremos también los barcos: aunque son muy grandes y son impulsados por vientos fuertes, son conducidos por un pequeño timón hacia la dirección que el piloto quiere ir.