Cinco días más tarde, Ananías, el sumo sacerdote, llegó con algunos de los líderes judíos, y con un abogado llamado Tértulo. Y presentaron acusaciones formales contra Pablo ante el gobernador.
Cuando supe que había un complot organizado contra este hombre lo envié a ti de inmediato, dando orden a los acusadores de que presenten sus quejas delante de ti”.
Y cuando Pablo fue llamado, Tértulo comenzó a presentar el caso contra él. Y dijo: “Su Excelencia Gobernador Félix, hemos disfrutado de un largo período en paz bajo su gobierno, y como resultado de su sabio juicio se han hecho reformas para el beneficio de la nación.
Hermanos y hermanas, cuando vine a ustedes no traté de impresionarlos con palabras excepcionales, o con gran sabiduría, cuando les dije lo que Dios quería decirles.