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Referencias Cruzadas
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Hechos 22:3

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“Soy judío, nacido en Tarso de Cilicia”, comenzó. “Sin embargo, fui criado en esta ciudad, y me senté a los pies de Gamaliel. Fui enseñado para guardar de manera estricta la ley de nuestros padres. Yo era un hombre celoso por Dios, tal como ustedes aquí hoy,

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27 Referencias Cruzadas  

Entonces David convocó a los gabaonitas y habló con ellos. Los gabaonitas no eran israelitas, sino que eran lo que quedaba del pueblo de los amorreos. Los israelitas les habían hecho un juramento, pero en su fervor nacionalista por los israelitas y Judá, Saúl había tratado de eliminarlos.

Cuando Eliseo regresó a Gilgal, había hambre en esa zona. Los hijos de los profetas estaban sentados a sus pies, y él dijo a su criado: “Usa la olla grande y hierve un poco de guiso para los hijos de los profetas”.

Ella tenía una hermana llamada María, quien se sentó a los pies del Señor y escuchaba su enseñanza.

Pasaron tres días, hasta que lo encontraron en el Templo. Estaba sentado entre los maestros religiosos, escuchándolos y haciéndoles preguntas.

El pueblo salió a ver lo que había ocurrido. Cuando vinieron donde estaba Jesús, encontraron al hombre libre de demonios. Estaba sentado a los pies de Jesús, usando ropas y en su sano juicio; y se asustaron.

Entonces Bernabé se fue a Tarso para buscar a Saulo,

y los enviaron con esta carta: “Saludos de parte de nosotros, los apóstoles y ancianos, a los hermanos no judíos de Antioquía, Siria y Cilicia:

Y Pablo viajó por Siria y Cilicia, animando a las iglesias de esos lugares.

Y cuando oyeron lo que había sucedido, alabaron a Dios y le dijeron a Pablo: “Hermano, ahora puedes ver cuántos miles de judíos han llegado a creer en el Señor, y todos guardan la Ley cuidadosamente.

“Yo soy judío, ciudadano de Tarso, en Cilicia, una ciudad reconocida”, respondió Pablo. “Por favor, déjame hablarle al pueblo”.

Después de leer la carta, el gobernador le preguntó a Pablo de qué provincia venía. Y cuando supo que era de Cilicia, le dijo:

Y cuando Pablo se dio cuenta de que algunos miembros del concilio eran Saduceos y otros eran Fariseos, exclamó: “¡Hermano, yo soy Fariseo, hijo de un Fariseo! Estoy en este juicio por mi esperanza en la resurrección de los muertos”.

Me han conocido por mucho tiempo y pueden verificar, si eligen hacerlo, que he seguido la escuela religiosa que observa nuestra fe, de la manera más estricta. Pues vivía como Fariseo.

“Anteriormente estaba convencido con sinceridad de que debía ser todo lo posible para oponerme al nombre de Jesús de Nazaret.

Pero entonces uno de los miembros del concilio se levantó para hablar. Era Gamaliel, un fariseo y doctor de la ley que era respetado por todos. Él ordenó que los apóstoles salieran por un momento.

Pero algunos comenzaron a discutir con él. Eran de la sinagoga llamada “de los libertos”, y también había algunos de Cirene, Alejandría y gente de Cilicia y de Asia menor.

Pero mientras tanto, Saulo estaba enviando amenazas violentas contra los discípulos del Señor, deseoso de matarlos. Así que fue donde el sumo sacerdote

“Levántate y ve a la Calle Derecha”, le dijo el Señor. “Pregunta en la casa de Judas por un hombre llamado Saulo de Tarso. Él está orando.

Pero cuando los hermanos supieron acerca de esto, lo llevaron a Cesarea y lo enviaron a Tarso.

Pero entonces pregunto: “¿Acaso Dios ha rechazado a su pueblo?” ¡Por supuesto que no! Yo mismo soy israelita, de la tribu de Benjamín.

¿Es porque son hebreos? Yo también. ¿Es porque son israelitas? Yo también. ¿Es porque son descendientes de Abrahán? Yo también lo soy.

Incluso superé a mis contemporáneos en la práctica de la religión judía porque era un seguidor celoso de las tradiciones de mis ancestros.

Luego fui a Siria y a Cilicia.

Cuánto amas al pueblo; tienes a todos los santos en tu mano. Se sientan a tus pies para escuchar tus palabras:




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