Y cuando lo escucharon hablando en arameo, todos se quedaron en absoluto silencio.
Mientras Jesús hablaba a las multitudes, su madre y sus hermanos llegaron y lo esperaban fuera, y querían hablar con él.
Entonces el comandante le dio permiso para hablar. Así que Pablo se puso en pie en las escaleras e hizo señal para que hicieran silencio. Cuando todo estuvo en silencio, comenzó a hablarles en arameo.