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Referencias Cruzadas

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Hechos 2:40

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Luego Pedro siguió hablando, dándoles más evidencias. Les advirtió: “Sálvense de esta generación perversa”.

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34 Referencias Cruzadas  

Dejen de vivir con necedad, y sigan el camino de la sensatez”.

¡Pueblo mío, salid de ella! Cada uno de ustedes, sálvense de la furiosa ira del Señor.

¡Cría de víboras! ¿Cómo pueden ustedes decir algo bueno siendo malos? Pues la boca de ustedes solo dice lo que pasa por sus mentes.

La gente mala que no confía en Dios es la que espera una señal milagrosa, y a esas personas no se les dará ninguna señal excepto la señal de Jonás”. Y entonces se fue de allí.

“¡Este pueblo se niega a confiar en mi, y todos están corruptos!” respondió Jesús. “¿Cuánto tiempo más tengo que permanecer aquí con ustedes? ¿Cuánto tiempo más tendré que aguantarlos? ¡Tráiganmelo aquí!”

Serpientes, camada de víboras, ¿cómo escaparán del juicio de Gehena?

Si ustedes sienten vergüenza de reconocerme a mí y lo que yo digo entre este pueblo infiel y pecaminoso, entonces el Hijo del hombre se avergonzará de ustedes cuando venga con la gloria de su Padre, con los santos ángeles”.

Pues tengo cinco hermanos y él puede advertirles para que no terminen aquí en este lugar tormentoso’.

Manténganse despiertos y oren, para que puedan escapar de todas las cosas que sucederán y estén en pie ante el Hijo del hombre”.

Jesús hizo muchas otras cosas también, y si se escribieran, dudo que el mundo entero pueda contener todos los libros que se escribirían.

Él nos dio la responsabilidad de contar públicamente esto a la gente, de testificar que él es el Escogido de Dios como Juez de los vivos y los muertos.

Entonces Judas y Silas, que también eran profetas, animaron a los hermanos, enseñándoles muchas cosas, y dándoles fortaleza.

Entonces volvió a subir, partió pan y comió con ellos. Y siguió hablando con todos hasta que llegó la mañana y entonces se marchó.

Y anduvo por toda la región, compartiendo muchas palabras de ánimo con los creyentes que estaban allí, y entonces continuó su viaje hasta Grecia.

Fui testigo tanto para judíos como para griegos de que era necesario arrepentirse y volverse a Dios, y creer en nuestro Señor Jesucristo.

Pero considero que mi vida no tiene ya valor para mí mismo. Solo quiero terminar mi misión y el ministerio que el Señor Jesús me dio de ser testigo de la buena noticia de la gracia de Dios.

Y un joven llamado Eutico estaba sentado en la ventana y comenzó a sentir mucho sueño. Mientras Pablo seguía predicando este joven se durmió profundamente y se cayó del tercer piso. Cuando lo recogieron se dieron cuenta de que estaba muerto.

Entonces concertaron una cita para reunirse con él. Y ese día muchos fueron al lugar donde él estaba. Y Pablo les enseñaba desde la mañana hasta la noche, hablándoles sobre Jesús y sobre el reino de Dios. Trataba de convencerlos acerca de Jesús, usando los escritos de la ley de Moisés y los profetas.

José, al que los apóstoles llamaban Bernabé (que quiere decir “hijo de la consolación”), era un Levita, nativo de Chipre.

De modo que somos embajadores de Cristo, como si él rogara por nosotros: “Por favor, vuelvan a él y sean sus amigos”

“Así que abandónenlos y apártense de ellos, dice el Señor. No toquen nada impuro, y los aceptaré”.

Permítanme repetir: todo hombre que es circuncidado tiene que cumplir toda la ley.

Así que permítanme decirles esto—de hecho, insisto en ello en el Señor—que no deberían vivir más de manera frívola, como lo hacen los extranjeros.

Sus hijos han actuado inmoralmente con él; por eso ya no son sus hijos a causa de sus manchas pecaminosas. Son un pueblo perverso y corrupto.

para que sean sinceros, inocentes de cualquier mal. Sean hijos irreprensibles de Dios en medio de un pueblo deshonesto y corrupto. Brillen entre ellos como luz del mundo,

Saben cómo nos interesamos por cada uno de ustedes como un padre que cuida de sus propios hijos. Los animamos, los consolamos, y compartimos con ustedes nuestra experiencia

Enfócate en lo que estás haciendo y en lo que estás enseñando. Continúa tu obra, porque al hacerlo te salvarás tú y los que te escuchan también.

Esta carta se las envío con ayuda de Silvano, a quien considero como un hermano fiel. En estas pocas palabras que les he escrito, quiero animarlos y testificar que esta es la verdadera gracia de Dios. ¡Manténganse firmes en ella!




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