Porque David no ascendió al cielo, pero dijo: ‘El Señor dijo a mi Señor; siéntate a mi diestra,
El Señor dijo a mi Señor, “Siéntate a mi derecha, hasta que haga de tus enemigos un estrado para ti”.
Pues el mismo David dijo, inspirado por el Espíritu Santo: ‘El Señor dijo a mi Señor: “Siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos bajo tus pies”’.
Nadie ha subido al cielo, sino que el Hijo del hombre descendió del cielo.
entretanto que pongo a tus enemigos por estrado de tus pies’.
Cristo tiene que gobernar hasta que haya puesto a todos sus enemigos bajo sus pies.
Dios ha sujetado todas las cosas a la autoridad de Cristo, y le ha dado la responsabilidad como cabeza sobre todas las cosas para la iglesia,
Pero nunca le dijo a ningún ángel: “Siéntate a mi diestra hasta que sujete a tus enemigos debajo de tus pies”.