El pueblo de Efraín se convertirá en un pueblo de guerreros, y estarán felices como si hubieran bebido vino. Sus hijos verán lo que sucede y también se alegrarán, gozosos en el Señor.
El Señor Todopoderoso los protegerá. Destruirán a sus enemigos y los conquistarán con hondas. Ellos beberán y gritarán como borrachos. Estarán llenos como una taza, empapados como las esquinas de un altar.
Si toda la iglesia se reuniera y todos hablaran en lenguas, y llegaran allí ciertas personas que no entienden, o si llegan personas que no creen, ¿no pensarán que todos ustedes están locos?