Y cuando ellos se le opusieron y lo maldijeron, sacudió su ropa y les dijo: “¡La sangre de ustedes está sobre sus propias cabezas! Soy libre de toda culpa, y desde ahora iré a los extranjeros”.
Que la responsabilidad de haber derramado su sangre recaiga para siempre sobre Joab y sus descendientes; pero que el Señor dé paz y prosperidad a David, a sus descendientes, a su familia y a su dinastía para siempre”.
Sacudí los pliegues de mi túnica y dije: “¡Así es como mi Dios los sacudirá de sus casas y de sus posesiones si no cumplen su promesa! Si no lo hacen, serán sacudidos y acabarán sin nada”. Todos los presentes dijeron: “Amén”, y alabaron al Señor. El pueblo cumplió lo que había prometido.
Presta con intereses y se lucra con los préstamos. ¿Va a vivir alguien así? No, no lo hará. Porque ha hecho todas estas cosas ofensivas, morirá con seguridad, y será responsable de su propia muerte.
“Pero si el vigilante vio venir el ataque y no tocó la trompeta para advertir a todos, y alguien muere, entonces esa persona morirá en sus pecados, pero yo haré responsable al vigilante de su muerte.
“Si alguien no los recibe bien, y se niega a escuchar el mensaje que ustedes tienen que decir, entonces váyanse de esa casa o de esa ciudad, sacudiendo el polvo de sus pies mientras se marchan.
Entonces los jefes de los sacerdotes le dijeron a Jesús: “Mandará a matar a esos hombres malvados de la manera más atroz, y alquilará la viña a otros granjeros que de seguro sí le darán su fruto en tiempo de la cosecha”.
Los mandé a castigar en todas las sinagogas, tratando de hacer que se retractaran. Y me opuse a ellos con tanta furia que fui a las ciudades que están fuera de mi país para perseguirlos.
Primero en Damasco, luego en Jerusalén y luego en toda Judea y también a los extranjeros les prediqué el mensaje de arrepentimiento: cómo deben volverse a Dios, demostrando su arrepentimiento por medio de sus acciones.
La gente piensa que es extraño que ustedes ya no participen con ellos de este estilo de vida lleno de excesos, y por eso los maldicen. Pero ellos tendrán que dar cuentas de lo que han hecho contra Aquél que está listo para juzgar a los vivos y a los muertos.