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Referencias Cruzadas
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Hechos 17:2

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Como de costumbre, Pablo entró a la sinagoga y durante tres sábados debatió con ellos, usando las Escrituras.

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18 Referencias Cruzadas  

Vengan y discutamos esto, dice el Señor. Aunque sus pecados sean como la grana, se volverán blancos como la nieve. Aunque sean rojos como el carmesí, se convertirán como la blanca lana.

“El Hijo del hombre morirá tal como fue profetizado acerca de él, pero ¡qué desgracia vendrá sobre el hombre que entregue al Hijo del hombre! ¡Habría sido mejor que nunca hubiera nacido!”

Cuando llegó a Nazaret, la ciudad donde había crecido, entró el sábado a la sinagoga como de costumbre.

“Yo le he hablado abiertamente a todos”, respondió Jesús. “Siempre enseñé en las sinagogas y en el Templo, donde se reunían todos los judíos. No he dicho nada en secreto.

Entonces fueron por toda Perga y luego siguieron hasta Antioquía de Pisidia. El sábado fueron a la sinagoga y se sentaron.

Al llegar a Salamis, proclamaron la palabra de Dios en las sinagogas judías. Y Juan estaba con ellos como asistente.

En Iconio ocurrió lo mismo: Pablo y Bernabé fueron a la sinagoga judía y hablaron con tanta seguridad que muchos adoradores, tanto de habla griega como judíos, creyeron en Jesús.

Los creyentes hicieron salir a Pablo y Silas hacia Berea esa misma noche. Y cuando llegaron allí, fueron a la sinagoga judía.

Él debatía en la sinagoga con los judíos y con los adoradores de Dios, así como también lo hacía en las plazas del mercado con los que se encontraba cada día.

Y Pablo debatía en la sinagoga cada sábado, convenciendo tanto a griegos como a judíos.

Entonces Pablo fue a la sinagoga y durante los siguientes tres meses habló de forma clara a los que estaban allí, debatiendo con ellos y tratando de convencerlos acerca del mensaje del reino de Dios.

Y Pablo debatió con ellos sobre vivir rectamente, sobre el dominio propio, y sobre el juicio venidero. Félix se intranquilizó y le dijo a Pablo: “Vete ahora, y enviaré a buscarte cuando tenga la oportunidad”.

Entonces concertaron una cita para reunirse con él. Y ese día muchos fueron al lugar donde él estaba. Y Pablo les enseñaba desde la mañana hasta la noche, hablándoles sobre Jesús y sobre el reino de Dios. Trataba de convencerlos acerca de Jesús, usando los escritos de la ley de Moisés y los profetas.

Entonces Felipe comenzó a explicarle, partiendo de este texto, y hablándole de Jesús.

Entonces comenzó de inmediato a predicar en las sinagogas, diciendo: “Jesús es el Hijo de Dios”.

Yo les di lo que yo mismo también recibí, un mensaje de vital importancia: que Cristo murió por nuestros pecados, conforme dice la Escritura;

Así pues, permanezcan aquí mientras les presento, en presencia del Señor, la prueba de todas las cosas buenas que el Señor ha hecho por ustedes y por sus antepasados.




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