Así que pasaron por Misia y descendieron a Troas.
Entonces partimos navegando desde Troas directo hasta Samotracia. Al día siguiente continuamos hasta Neápolis,
Cuando llegaron a la frontera de Misia trataron de entrar a Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no los dejó entrar.
Ellos se fueron primero y nos esperaron en Troas.
Después de la Fiesta de los Panes sin Levadura, nos embarcamos rumbo a Filipo, y nos encontramos con ellos cinco días después en Troas, donde permanecimos una semana.
Cuando llegué a Troas para predicar la buena noticia de Cristo, el Señor puso delante de mí una oportunidad.
Por favor, cuando vengas, trae el abrigo que dejé donde Carpo en Troas, y los libros, especialmente los pergaminos.