Cuando decidió ir a Acaya, los hermanos lo animaron y le escribieron a los discípulos de allí, diciéndoles que lo recibieran. Y cuando llegó fue de gran ayuda a los que por gracia creían en Dios,
En cuanto a nuestro hermano Apolo: le insistí en que fuera a verlos junto con los otros creyentes, pero no tenía disposición de ir en el momento. Él irá a visitarlos cuando tenga la oportunidad de hacerlo.