El sábado siguiente casi toda la ciudad se presentó para escuchar la palabra de Dios.
Judá siempre sostendrá el cetro, y el bastón de la autoridad estará siempre a sus pies hasta que venga Siloé; las naciones le obedecerán.
Tu pueblo te seguirá en el día en que tu poder sea revelado en las montañas santas, renovado en fuerza cada mañana como el rocío al amanecer.
En ese momento la raíz de Isaí se erigirá como un estandarte para las naciones. Los extranjeros vendrán a él, y el lugar donde vive será glorioso.
¿Qué son estos que vuelan como una nube, que vuelan como palomas que regresan a su nido?
Y toda la ciudad salió para encontrarse con Jesús. Cuando lo encontraron, le suplicaron que abandonara su ciudad.
Entonces fueron por toda Perga y luego siguieron hasta Antioquía de Pisidia. El sábado fueron a la sinagoga y se sentaron.