“¡Estás lleno de engaño y de todo tipo de mal, hijo del diablo, enemigo de todo lo recto! ¿Nunca dejarás de pervertir los caminos verdaderos del Señor?
Yo lo he elegido para que le enseñe a sus hijos y a su familia a seguir el camino del Señor haciendo lo que es bueno, a fin de que yo, el Señor pueda cumplir lo que le he prometido a Abraham”.
Esto está muy mal: ¡que todos aquí en la tierra sufran el mismo destino! Además, la mente de la gente está llena de maldad. Se pasan la vida pensando en estupideces, y luego se mueren.
No hablen más de “la carga del Señor”, porque todos tienen ideas diferentes sobre esta “carga”, pervirtiendo las palabras del Dios vivo, el Señor Todopoderoso, nuestro Dios.
¿Quién es sabio para entender todo esto? ¿Quién tiene el discernimiento para entender? Los caminos del Señor son rectos, pero los rebeldes se tropiezan y caen.
“¡Pero qué desastre viene sobre ustedes, maestros religiosos y Fariseos hipócritas! Ustedes cierran de golpe las puertas del reino de los cielos en el rostro de la gente. No entran ustedes mismos, ni dejan entrar a quien está tratando de hacerlo.
Pero cuando Juan vio que muchos de los fariseos y saduceos venían a ser bautizados, les dijo: “¡Camada de víboras! ¿Quién les advirtió que huyeran del juicio que vendrá?
¡Qué lástima me dan ustedes! Pues le han quitado a la gente la llave de las puertas del conocimiento. Ni ustedes entraron, ni permitieron que otros entraran”.
El padre de ustedes es el Diablo, y ustedes aman seguir los deseos malos de él. Él fue un asesino desde el principio. Nunca estuvo de parte de la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando él miente, revela su verdadero carácter, porque él es un mentiroso y padre de mentiras.
Me preocupa que, de algún modo, así como la serpiente engañó a Eva con su astucia, ustedes puedan ser descarriados en su forma de pensar sobre su compromiso sincero y puro con Cristo.
Ya no deberíamos ser más como niños, sacudidos por cualquier viento de doctrina, confundidos por los engaños humanos, y conducidos al error por personas astutas que hacen planes engañosos;
Han abandonado el camino recto y se han descarriado, siguiendo el camino de Balaam, el hijo de Beor, a quien le gustaba recibir pago por hacer lo malo.
Los que pecan son del diablo, porque el diablo ha estado pecando desde el principio. Por eso vino el Hijo de Dios, para destruir lo que el diablo ha hecho.