En la visión que me dio el Espíritu de Dios, el Espíritu me levantó y me llevó de vuelta a Babilonia, donde estaban los exiliados. Después de que la visión me abandonó,
la profecía de uno que escucha las palabras de Dios, que recibe el conocimiento del Altísimo, que ve la visión dada por el Todopoderoso, que se inclina con respeto con los ojos abiertos.
“Esta es la profecía de Balaam, hijo de Beor, la profecía de un hombre que ve con los ojos bien abiertos, la profecía de uno que oye las palabras de Dios, que ve la visión dada por el Todopoderoso, que se inclina con respeto con los ojos abiertos.
“Mientras estaba en la ciudad de Jope y oraba, estando en trance vi una visión. Algo que parecía como una gran sábana era bajada por sus cuatro extremos desde el cielo, y bajó hacia mí.