“El Hijo del hombre morirá tal como fue profetizado acerca de él, pero ¡qué desgracia vendrá sobre el hombre que entregue al Hijo del hombre! ¡Habría sido mejor que nunca hubiera nacido!”
Después de haber mojado el trozo de pan, lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote. Cuando Judas tomó el pan, Satanás entró en él. “Lo que vas a hacer, hazlo rápido”, le dijo Jesús.
Mientras estuve con ellos, los protegí en tu nombre, el nombre que me diste. Cuidé de ellos para que ninguno se perdiera, excepto el ‘hijo de perdición,’ para que se cumpliera la Escritura.