Harás diez cortinas para el Tabernáculo de lino finamente hilado, usando hilos azules, púrpura y carmesí. Háganlas bordar con querubines por alguien que sea hábil en el bordado.
Él entró a la casa de Dios, y allí él y sus hombres comieron del pan sagrado que no debían comer pues este pan estaba reservado solo para los sacerdotes.
Esto no tiene como fin ofrecerse repetidas veces, como un sumo sacerdote que tiene que entrar al Lugar Santísimo después de un año, ofreciendo sangre que no es suya.