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Referencias Cruzadas

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Hebreos 3:1

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Así que, mis hermanos y hermanas que viven para Dios y participan de este celestial llamado: necesitamos pensar con cuidado acerca de Jesús, el que decimos que fue enviado por Dios, y quien es el Sumo Sacerdote.

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63 Referencias Cruzadas  

El Señor ha hecho un pacto que no romperá: “Eres un sacerdote para siempre, siguiendo la orden de Melquisedec”.

El buey conoce a su dueño, y el asno conoce su comedero; pero mi pueblo no me conoce y no me entiende.

Así todos podrán ver y saber, podrán pensar en ello y sacar la conclusión de que es el Señor quien ha hecho esto, que el Santo de Israel lo ha hecho.

En sus fiestas ustedes tienen liras y arpas, panderetas y flautas, y vino, pero nunca consideran lo que hace el Señor, y no reconocen su ayuda.

“Así que, hijo de hombre, ve y haz tus maletas como si fueras a exiliarte. Mientras la gente mira, prepara todo durante el día para salir de donde estás e ir a otro lugar. Tal vez se den cuenta de lo que esto significa, aunque sean gente rebelde.

Por haber reflexionado y dejado de hacer lo malo, ciertamente vivirán; no morirán.

Entonces el Señor dice esto: ¡Pensen lo que están haciendo!

Ahora piensen en lo que harán a partir de este día. Antes de poner piedra sobre piedra en la casa del Señor,

La vida eterna es esta: conocerte, a ti que eres el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien enviaste.

“¡Tengan paz!” les dijo Jesús otra vez. “De la misma manera que el Padre me envió, así yo los estoy enviando a ustedes”.

Entonces le dijo a Tomás: “Coloca aquí tu dedo, y mira mis manos. Coloca tu mano en la herida que tengo en mi costado. ¡Deja de dudar y cree en mí!

Durante esta ocasión Pedro se puso en pie y se dirigió a una multitud de aproximadamente ciento veinte creyentes que se habían reunido.

Ahora, si algunas de las ramas han sido arrancadas, y tú—un brote silvestre de olivo—has sido injertado, y has compartido con las demás ramas el beneficio de las raíces del árbol de olivo,

Estuvieron felices de ayudarlos porque tienen esta deuda con ellos. Ahora que los extranjeros son partícipes de sus beneficios espirituales, están en deuda con los creyentes judíos para ayudarlos con cosas materiales.

Siempre digo que Cristo vino como siervo a los judíos para mostrar que Dios dice la verdad, manteniendo las promesas hechas a sus antepasados.

Esto es lo que somos, personas que él ha llamado, no solo de entre los judíos, sino de entre los extranjeros también...

Es enviada a la iglesia de Dios en Corinto, a aquellos que han sido justificados en Cristo Jesús, llamados para vivir en santidad, y a todos los que adoran al Señor Jesús en todas partes, el Señor de ellos y de nosotros.

Al comer de un mismo pan, demostramos que aunque somos muchos, somos un solo cuerpo.

¡Hago esto por causa de la buena noticia para yo también ser partícipe de sus bendiciones!

Confiamos en gran manera en ustedes, sabiendo que así como participan de nuestros sufrimientos, también participan de nuestro consuelo.

Al dar esta ofrenda, demuestran su carácter y los que la reciben agradecerán a Dios por su obediencia, pues ella demuestra su compromiso con la buena nueva de Cristo y su generosidad al darles a ellos y a todos los demás.

que los extranjeros son herederos también, parte del mismo cuerpo, y en Cristo Jesús comparten en la promesa por medio de la buena noticia.

Así que yo, —este prisionero en el Señor—los animo a que vivan conforme a los principios a los cuales fueron llamados.

Pues hay un cuerpo, y un Espíritu, así como fueron llamados a una esperanza.

Corro hacia la meta para ganar el premio de la invitación de Dios al cielo por medio de Cristo Jesús.

Deseo que se regocijen en alabar al Padre, quien nos ha permitido participar de la heredad del pueblo de Dios que vive en la luz.

pero ahora él los ha reconciliado a ustedes por la muerte de su cuerpo humano, trayéndolos a su presencia, donde son santos, puros y sin falta.

Siendo que ustedes son el pueblo especial de Dios, santo y amado entrañablemente, tomen una naturaleza cordial que sea amable, humilde, mansa y paciente.

para que pudieran vivir como Dios quiere, el mismo Dios que los llama a su propio reino y gloria.

Les pido, por medio del Señor, que esta carta sea leída a todos los creyentes.

Por eso seguimos orando por ustedes, para que nuestro Dios los haga dignos del llamado que nos ha hecho. Que Dios cumpla poderosamente cada deseo que tienen ustedes de hacer el bien, y cada acción que nace de la fe en él,

A esto los llamó Dios por medio de la buena nueva que compartimos con ustedes, para que pudieran ser partícipes de la gloria de nuestro Señor Jesucristo.

Pelea la buena batalla confiando en Dios. Aférrate completamente a la vida eterna a la cual fuiste llamado. Esto fue lo que prometiste hacer delante de muchos testigos.

Los esclavos que tienen amos cristianos no deben irrespetarlos porque son hermanos. Por el contrario, deberían servirles aún mejor, porque los que se están beneficiando de su servicio son hermanos creyentes a quienes deben amar. Enséñales a las personas estas instrucciones, y anímalas a seguirlas.

Él es el que nos ha salvado y nos ha llamado para vivir una vida santa, no por medio de lo que hacemos, sino por medio del propio plan de Dios y por medio de su gracia.

Considera todo lo que te digo. Y el Señor te ayudará a comprender todas estas cosas.

Ahora tenemos esta seguridad, hermanos y hermanas, de poder entrar al Lugar Santísimo por la sangre de Jesús.

Siendo que tenemos este gran sacerdote que está a cargo de la casa de Dios,

Así que aferrémonos a la esperanza de la cual les hablamos a otros, y sin dudar, porque el Dios que prometió es fiel.

Quiero animarlos, hermanos y hermanas, a que pongan cuidado a lo que les he dicho en esta pequeña carta.

Pues tanto el que santifica como los que son santificados pertenecen a la misma familia. Por eso no vacila en llamarlos “hermanos”

Por ello le fue necesario volverse como sus hermanos en todo, para poder llegar a ser un sumo sacerdote, misericordioso y fiel, en las cosas de Dios, para perdonar los pecados de su pueblo.

Hermanos y hermanas, asegúrense de que ninguno de ustedes tenga un pensamiento malvado y alejado de la fe en el Dios de la vida.

Porque somos socios con Cristo siempre y cuando mantengamos nuestra confianza en Dios de principio a fin.

Allí entró Jesús en nuestro favor, porque tenía que convertirse en un sumo sacerdote conforme al orden de Melquisedec.

Él es justamente el sumo sacerdote que necesitamos: santo y sin falta, puro y apartado de los pecadores, y con un lugar en lo más alto de los cielos.

La ley designa hombres imperfectos como sumos sacerdotes, pero después de la ley, Dios hizo un juramento solemne, y designó a su hijo, que es perfecto para siempre.

Cristo ha venido como sumo sacerdote de todas las buenas experiencias que ahora tenemos. Entró a un tabernáculo más grande y completo que no fue hecho por manos humanas, ni es parte de este mundo creado.

Por eso él es el mediador de una nueva relación de pacto. Puesto que la muerte ha ocurrido para liberarlos de los pecados cometidos bajo la relación del primer pacto, ahora los que son llamados pueden recibir la promesa de una herencia eterna.

En cambio, ustedes son una familia elegida de manera especial, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo que pertenece a Dios. Por eso, pueden revelar las cosas maravillosas que él ha hecho, al sacarlos de la oscuridad a su luz admirable.

Así es como en el pasado, las mujeres santas que ponían su fe en Dios, se embellecían, con la ternura que brindaban a sus esposos,

Quiero animar a los ancianos que están entre ustedes. Pues yo también soy un anciano, un testigo de los sufrimientos de Cristo, y participaré de la gloria que está por venir.

Pero después de que hayan sufrido un poco, el Dios de toda gracia, que los llamó a su gloria eterna en Cristo, él mismo los restaurará, los sostendrá, los fortalecerá y les dará un fundamento sólido.

Los que hemos visto y oído eso mismo les contamos, para que también puedan participar de esta amistad junto a nosotros. Esta amistad con el Padre y su Hijo Jesucristo.

Esta carta viene de parte de Judas, siervo de Jesucristo, y hermano de Santiago. Escribo a los que son llamados y amados por Dios, el Padre, y que son guardados a salvo por Jesucristo:

Y harán guerra contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es el Señor de señores y Rey de reyes. Sus seguidores son llamados y escogidos, y ellos confían en él”.

Cielos, creyentes, apóstoles y profetas, celebren lo que le ha ocurrido, porque Dios la ha condenado a ella así como ella los condenó a ustedes.




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