Le diste autoridad sobre todas las cosas”. No quedó nada por fuera cuando Dios le dio autoridad sobre todas las cosas. Sin embargo, vemos que no todo está sujeto a su autoridad todavía.
Se le dio autoridad, gloria y el poder de gobernar sobre todos los pueblos, las diferentes naciones y lenguas, para que todos lo adoraran. Su gobierno es eterno, nunca cesará, y su reino nunca será destruido.
Como dice la Escritura: “Él puso todo bajo sus pies”. (Por supuesto, cuando dice que “todo” está bajo sus pies, es obvio que no se refiere a Dios, quien puso todo bajo la autoridad de Cristo).
y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos, el gobernante de los reyes de la tierra. A Jesús, quien nos ama y nos libertó de nuestros pecados por medio de su sangre,