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Referencias Cruzadas

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Habacuc 1:4

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Por eso es que la ley está paralizada, y nunca gana la justicia. Los malvados son más numerosos que los que hacen el bien, y por eso manipulan la justicia.

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46 Referencias Cruzadas  

Vinieron dos hombres malos, se sentaron frente a él y lo acusaron delante del pueblo, diciendo: “Nabot ha maldecido a Dios y al rey”. Así que lo llevaron fuera de la ciudad y lo apedrearon hasta que murió.

“¿Por qué siguen viviendo los malvados, que envejecen y son cada vez más poderosos?

Cuando los fundamentos de la sociedad queden destruidos, ¿qué podrán hacer los justos?

Señor, ya es hora de que actúes respecto a estas personas que han quebrantado tus leyes.

Los enemigos me rodean como una manada de toros; fuertes toros de Basán me han acorralado.

Los hombres malvados me rodean como una manada de perros. Han perforado mis manos y mis pies.

¡Rescátame de esta gente mala! ¡Sálvame de estos asesinos!

Incluso aunque no soy culpable corren para prepararse para atacarme. Por favor levántate, ven y ayúdame, y ve lo que está pasando.

¿Por cuánto tiempo más, Señor? ¿Por cuánto tiempo más celebrarán los malvados en triunfo?

“No sigas a la multitud haciendo el mal. Cuando testifiques en un juicio, no corrompas la justicia poniéndote del lado de la mayoría.

“No debes impedir que los pobres obtengan justicia en sus demandas.

La tragedia está llegando a ustedes que dicen que el mal es bueno, y el bien es malo; que convierten las tinieblas en luz y la luz en tinieblas; que hacen de lo amargo algo dulce, y de lo dulce algo amargo.

Tú estás al tanto de todas nuestras rebeldías; nuestros pecados atestiguan contra nosotros. Sí, reconocemos nuestros actos rebeldes; conocemos todos nuestros pecados.

Señor, cuando me quejo ante ti, siempre demuestras tener la razón. Aun así, quiero presentarte mi caso. ¿Por qué les va tan bien a los malvados? ¿Por qué viven tan cómodamente los que te son infieles?

Incluso tus propios hermanos y la familia de tu padre te han traicionado; te han criticado públicamente. No te fíes de ellos cuando te hablen bien.

En cuanto terminó de decir todo lo que el Señor le había ordenado, los sacerdotes y profetas y todo el pueblo lo agarraron, gritando: “¡Morirás por esto!

Incluso las cigüeñas en lo alto del cielo saben cuándo es el momento de emigrar. Las tórtolas, los vencejos y los pájaros cantores saben cuándo volar en el momento adecuado del año. Pero mi pueblo no conoce las leyes del Señor.

“Los pecados del pueblo de Israel y de Judá son realmente terribles”, respondió. “Todo el país está lleno de asesinos, y los que viven en la ciudad son criminales. Dicen: ‘El Señor ha abandonado nuestro país. No puede ver lo que estamos haciendo’.

Hablan con palabras vacías, juran y hacen falsas promesas para lograr un pacto. Su “justicia” florece como hierba venenosa en el campo.

Porque conozco la magnitud de tu maldad y muchos pecados. Tú oprimes a los inocentes y aceptas sobornos, impidiendo que sean tratados con justicia en las cortes.

Ustedes distorsionan la justicia y la hacen amarga, dejando la integridad por tierra.

“¡Con cuanta astucia ustedes han dejado a un lado la ley de Dios para poder fundamentar sus tradiciones!

¿Hubo acaso algún profeta que sus padres no persiguieran? Mataron a todos los que profetizaban sobre la venida de Aquél que es verdaderamente bueno y recto. Él es Aquél a quien ustedes traicionaron y asesinaron.

Y mientras lo seguían apedreando, Esteban oró: “Señor Jesús, recibe mi espíritu”.

¿Significa eso que por creer en Dios desechamos de la ley? ¡Por supuesto que no! De hecho, afirmamos la importancia de la ley.

No perviertan la justicia ni muestren favoritismo. No aceptes un soborno, porque un soborno ciega a los sabios y tuerce las palabras de los verdaderos.




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