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Referencias Cruzadas
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Génesis 49:29

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Luego les dio las siguientes instrucciones: “Voy a morir pronto. Entiérrenme con mis antepasados en la cueva que está en el campo de Efrón el hitita.

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16 Referencias Cruzadas  

Pero en lo que a ti concierne, morirás en paz y serás sepultado después de haber vivido una buena vida.

Abraham aceptó la oferta de Efrón y Abraham calculó el peso y le dio a Efrón las cuatrocientas piezas de plata que había dicho, usando el peso estándar que usaban los mercaderes, y delante de los hititas como testigos.

De esta manera, la propiedad se traspasó legalmente. Incluía el campo de Efrón en Macpela, cerca de Mamré, tanto el campo como la cueva estaban incluidos en el precio, así como los árboles plantados dentro del campo, y toda el área hasta los límites.

La propiedad del campo y de la cueva fue transferida de los hititas a Abraham para que fuera su lugar de sepultura.

que me venda la cueva de Macpela que está ubicada en el extremo del campo que es de su propiedad? Estoy dispuesto a pagarle el precio total aquí en presencia de ustedes, para así yo tener un lugar de sepultura”.

Jacob regresó a casa de su padre Isaac en Mamre, cerca de Kiriath-arba (también conocida como Hebrón), donde habían vivido Abraham e Isaac.

cuando respiró por última vez y murió a una edad avanzada. Había vivido una vida plena y ahora se unió a sus antepasados en la muerte. Sus hijos Esaú y Jacob lo enterraron.

Cuando muera, entiérrame con mis antepasados. Deben llevar mi cuerpo desde Egipto hasta la tumba familiar y enterrarme con ellos”. “Haré lo que tú digas”, prometió José.

Estas son todas las doce tribus de Israel, y esto es lo que les dijo su padre al bendecirlas, cada una según sus respectivas bendiciones.

Cuando Jacob terminó de dar estas instrucciones levantó los pies en el lecho, respiró por última vez y se unió a sus antepasados en la muerte.

Los hijos de Jacob hicieron lo que él les había ordenado.

Llevaron su cuerpo a Canaán y lo enterraron en la cueva de Macpela, en el campo cerca de Mamre, el cual Abraham le había comprado a Efrón el hitita como lugar de sepultura.

Entonces, que tu siervo vuelva a su casa, para que yo muera en mi ciudad natal, cerca de la tumba de mi padre y de mi madre. Pero aquí está tu siervo, hijo mío Quimán. Deja que cruce con Tu Majestad, y trátalo como mejor te parezca”.

Han venido a la iglesia de los primogénitos cuyos nombres están escritos en el cielo; a Dios, el juez de todos, y donde están las personas buenas, cuyas vidas están completas.




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