Ve que el lugar donde descansa es bueno, y la tierra es encantadora, por lo que está dispuesto a inclinar la espalda para aceptar la carga y trabajar como esclavo.
Dan será tan peligroso como una serpiente al lado del camino, una víbora por el sendero que muerde el talón del caballo, haciendo caer a su jinete de espaldas.
Finalmente llegaron las divisiones de Dan que marcharon bajo su bandera, defendiendo la retaguardia de todos los grupos tribales, con Ahiezer, hijo de Amisadai, a cargo.