“Ahora puedo morir en paz porque he visto tu rostro de nuevo y sé que sigues vivo”, le dijo Israel a José.
Israel dijo, “¡Está bien, les creo! ¡Mi hijo José sigue vivo! Voy a ir a verlo antes de morir”.
José ordenó que prepararan su carro y fue a encontrarse allí con su padre Israel. Tan pronto como llegó, abrazó a su padre y lloró por mucho tiempo.
José dijo a sus hermanos y a la familia de su padre: “Voy a ir a informar al Faraón y a decirle: ‘Mis hermanos y la familia de mi padre han llegado del país de Canaán para unirse a mí.