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Referencias Cruzadas

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Génesis 37:35

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Todos sus hijos e hijas trataron de consolarlo, pero él rechazaba sus intentos. “No”, dijo, “bajaré a mi tumba llorando por mi hijo”. Así que el padre de José siguió llorando por él.

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18 Referencias Cruzadas  

cuando dio su último suspiro y murió en buena vejez, habiendo vivido suficientes años. Había vivido una vida plena y ahora se había unido a sus antepasados en la muerte.

Labán respondió: “¡Estas son mis hijas, estos son mis hijos, y estos son mis rebaños! De hecho, ¡Todo lo que ven aquí es mío! Sin embargo, ¿qué puedo hacer ahora con mis hijas y sus hijos?

cuando respiró por última vez y murió a una edad avanzada. Había vivido una vida plena y ahora se unió a sus antepasados en la muerte. Sus hijos Esaú y Jacob lo enterraron.

“Le dijimos: ‘Somos hombres honestos. ¡No somos espías!

“¡Mi hijo no irá allí con ustedes!” declaró Jacob. “Su hermano está muerto, y es el único que me queda. Si le pasa algo malo en el viaje, la tristeza llevará a este viejo a la tumba”.

Israel dijo, “¡Está bien, les creo! ¡Mi hijo José sigue vivo! Voy a ir a verlo antes de morir”.

Entonces Israel le dijo a José: “Nunca pensé que volvería a ver tu cara, y ahora Dios me ha dejado ver a tus hijos”.

Sus superiores se acercaron a él y trataron de ayudarle a levantarse del suelo, pero no quiso y rechazó sus llamados para ir comer.

Pero ahora que ha muerto, ¿qué sentido tiene que siga ayunando? ¿Podré traerlo de vuelta? Un día moriré y me iré con él, pero él nunca volverá a mí”.

Pronto le dijeron a Joab: “El rey está llorando y haciendo duelo por Absalón”.

Su padre Efraín los lloró durante mucho tiempo, y sus parientes fueron a consolarlo.

Cuando tres de los amigos de Job se enteraron de todos los problemas que le habían ocurrido, cada uno de ellos salió de su casa: Elifaz el temanita, Bildad el suhita y Zofar el naamatita. Se reunieron y fueron a confortarlo y consolarlo.

Cuando estuve en aflicción oré al Señor. Toda la noche levanté mis manos al cielo en oración a él, pero no pude hallar consuelo alguno.

Medité en Dios con gemidos; pensé en él pero solo siento desconsuelo. Selah.

Todo lo que hagas, hazlo con todas tus fuerzas, porque cuando vayas a la tumba ya no habrá trabajo ni pensamiento, ni conocimiento ni sabiduría.

Esto es lo que dice el Señor: El sonido de un terrible llanto y de un lamento se oye en Ramá. Es Raquel que llora por sus hijos. Están muertos, y ella no puede ser consolada




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