Israel amaba a José más que a cualquiera de sus otros hijos, porque José le había nacido cuando ya era viejo. E hizo una túnica de colores y de mangas largas para José.
“¡José sigue vivo!” le dijeron. “¡Es verdad, y él es el gobernante de todo el país de Egipto!” Jacob se quedó atónito con la noticia, ¡no podía creerlo!