Estos fueron los hijos de Zibeón: Ayá y Aná. (Este fue el mismo Aná que descubrió las fuentes termales en el desierto mientras cuidaba los asnos de su padre Zibeón).
Así que los hombres de Absalón hicieron lo que éste les había ordenado y mataron a Amnón. Entonces todo el resto de los hijos del rey se levantó, subió a sus mulas y huyó.
Absalón se topó con algunos de los hombres de David cuando iba montado en su mula. Cuando la mula pasó por debajo de las ramas retorcidas de un gran roble, los cabellos de Absalón se enredaron en el árbol. La mula que montaba siguió avanzando, dejándolo colgado entre la tierra y el cielo.
Entonces el sacerdote Sadoc, el profeta Natán y Benaía, hijo de Joyadá, junto con los cereteos y los peleteos, fue y colocó a Salomón en la mula del rey David, y lo condujo hasta el manantial de Gihón.
Envió a Salomón a ser ungido con el sacerdote Sadoc, con el profeta Natán y con Benaía, hijo de Joyadá, y con los cereteos y los peleteos. Le hicieron montar en la mula del rey.
“¡Haz lo que te digo! No hagas que diferentes tipos de ganado se reproduzcan juntos. No siembren sus campos con dos tipos diferentes de semillas. No uses ropa confeccionada con dos materiales distintos.