Abrán viajó por todo el país hasta que llegó a un lugar llamado Siquén, haciendo una pausa en el roble que estaba en Moré. En ese tiempo, el país estaba ocupado por los caananitas.
Debemos prepararnos e ir a Betel para construir un altar a Dios que me respondió en mi tiempo de angustia. Él ha estado conmigo donde quiera que haya ido”.
Al partir en su viaje, el terror de Dios se extendió por todos los pueblos de alrededor, así que nadie intentó tomar represalias contra los hijos de Jacob.
Profanarás tus ídolos recubiertos de plata y tus imágenes recubiertas de oro. Los desecharás como un paño sucio usado para las menstruaciones, y les dirás: “¡Fuera de aquí!”.
Yo la castigaré por todas las veces que le ofreció incienso a Baal, vestida, usando anillos y joyas, buscando a sus amantes, y olvidándose de mi, dice el Señor.
Debes quemar los ídolos de su dios. No desees la plata y el oro que los cubre. No lo tomes o de lo contrario será una trampa para ti porque el Señor tu Dios detesta todo lo que tenga que ver con los ídolos.
Por el contrario, esto es lo que debes hacer con ellos: derribar sus altares, derribar sus pilares idólatras, cortar sus postes de Asera y quemar sus ídolos.