Entonces el propio Shechem habló y le dijo al padre y a los hermanos de Dina: “Por favor, acéptenme a mi y a mi propuesta, y haré lo que me pidan.
Entonces les dijo: “Señor, si le parece bien, no siga su camino sin antes hospedarse conmigo, en la casa de su siervo.
Los mensajeros volvieron a Jacob y le dijeron: “¡Su hermano Esaú viene a recibirle con 400 hombres armados!”
“Bien, pero déjame dejar algunos de mis hombres contigo”, dijo Esaú. “Eres muy amable, pero no hay necesidad de hacer eso”, respondió Jacob.
Puedes vivir entre nosotros y establecerte donde quieras. Podéis ir donde queráis y comprar tierras para vosotros mismos”.
Puedes poner el precio de la novia tan alto como quieras, y yo lo pagaré junto con todos los regalos que daré. Sólo déjame tener a la chica para poder casarme con ella”.