“Huí porque tenía miedo”, le explicó Jacob a Labán. “Tenía miedo de que me quitaras a tus hijas a la fuerza.
“Pues yo dije para mí: ‘Nadie respeta a Dios en este lugar. Me matarán para quedarse con mi esposa,’” respondió Abraham.
Es evidente que querías irte y volver a la casa de tu familia, pero ¿por qué tenías que robar mis ídolos?”
En cuanto a tus ídolos, cualquiera que los tenga morirá. Puedes buscar delante de nuestra familia, y si encuentras cualquier cosa que te pertenezca, puedes tomarla”. (Jacob no sabía que Raquel había robado los ídolos de la casa).
El temor a la gente es una trampa. Pero si confías en el Señor estarás a salvo.