Génesis 31:24

Versión Biblia Libre

Pero por la noche Dios visitó a Labán en un sueño y le dijo: “Ten cuidado con lo que le dices a Jacob. No trates de persuadirlo para que regrese, ni lo amenaces”.

Referencias Cruzadas

Génesis 20:3

Pero Dios se le apareció a Abimelec en un sueño, y le dijo: “¡Presta atención! Morirás, porque la mujer que has tomado ya está casada. Ella tiene un esposo”.

Génesis 20:6

Dios le dijo en el sueño: “Sí, sé que hiciste esto con toda inocencia, y evité que pecaras contra mi. Por eso no permití que la tocaras.

Génesis 24:50

Entonces Labány Betuel respondieron: “Sin duda todo esto viene del Señor, así que no podemos oponernos de ninguna manera.

Génesis 28:5

Así que Isaac envió a Jacob, y Jacob se fue de viaje a Paddan-aram, a la casa de Labán, hijo de Betuel, el arameo. Labán era el hermano de Rebeca, la madre de Jacob y Esaú.

Génesis 31:10

Cuando el rebaño se estaba apareando, tuve un sueño en el que vi a las cabras macho apareándose con el rebaño donde todas las cabras eran de rayas, con pintas o manchas.

Génesis 31:11

Entonces en el sueño, el ángel del Señor me habló y me dijo: ‘Jacob!’ y yo respondí: ‘Aquí estoy’.

Génesis 31:23

Tomando consigo a algunos de sus familiares, salió a perseguir a Jacob y se encontró con él siete días más tarde en el país montañoso de Galaad.

Génesis 31:25

Jacob había establecido su campamento con tiendas en Galaad cuando Labán se encontró con él. Así que Labán y sus familiares hicieron lo mismo.

Génesis 31:29

Podría castigarte, pero el Dios de tu padre me habló anoche y me dijo: ‘Cuidado con lo que le dices a Jacob. No intentes persuadirlo para que vuelva, ni tampoco lo amenaces’.

Génesis 31:42

Si no fuera por el Dios de mi padre, el Dios de Abraham, el increíble Dios de Isaac, quien me cuidó, me habrías despedido sin nada. Pero Dios vio mi sufrimiento, lo duro que trabajé y te condenó anoche”.

Génesis 31:7

¡Pero me ha estado engañando, y ha reducido mi salario diez veces! Sin embargo, Dios no ha dejado que me haga mal.

Génesis 40:5

Una noche, mientras estaban en la cárcel, el copero y el panadero del rey de Egipto tuvieron un sueño. Eran sueños diferentes, cada uno con su propio significado.

Génesis 41:1

Dos años más tarde, el Faraón soñó que estaba de pie junto al río Nilo.

2 Samuel 13:22

Absalón no hablaba con Amnón lo odiaba por haber violado a su hermana Tamar.

1 Reyes 3:5

El Señor se le apareció a Salomón en un sueño en Gabaón. Dios le dijo: “Pide lo que quieras”.

Job 33:25

Entonces sus cuerpos se renovarán como si fueran jóvenes de nuevo; serán tan fuertes como cuando estaban en la flor de la vida.

Isaías 37:29

A causa de tu furia contra mí, y porque sé cómo me faltas al respeto, voy a poner mi garfio en tu nariz y mi mordisco en tu boca, y te obligaré a volver por donde has venido”.

Oseas 12:12

Jacob huyó a la tierra de Aram; Israel trabajó allí para ganarse una esposa. Se ganó una esposa cuidando ovejas.

Números 12:6

“Escuchen mis palabras, les dijo. Si tuvieran profetas, yo, el Señor, me revelaría a ellos en visiones; me comunicaría con ellos en sueños.

Números 22:20

Dios vino a Balaam durante la noche y le dijo, “Ya que estos hombres han venido por ti, levántate y ve con ellos. Pero sólo haz lo que yo te diga”.

Números 22:26

Entonces el ángel del Señor se adelantó y se paró en un lugar estrecho donde no había espacio para pasar, ni a la derecha ni a la izquierda.

Números 24:13

que aunque me dieras todo tu palacio lleno de plata y oro, no podría hacer nada de lo que quisiera ni desobedecer el mandato del Señor mi Dios de ninguna manera? Sólo puedo decir lo que el Señor me dice.

Mateo 1:20

Mientras José pensaba en todo esto, un ángel del Señor se le apareció en un sueño y le dijo: “José, hijo de David, no temas casarte con María porque ella está embarazada por obra del Espíritu Santo.

Mateo 2:12

Advertidos por un sueño de no regresar ante Herodes, se marcharon a su país tomando otro camino.

Mateo 27:19

Mientras estaba sentado en la silla de juez, su esposa le envió un mensaje que decía: “No le hagas nada a este hombre inocente, porque he sufrido terriblemente en el día de hoy por un sueño que tuve sobre él”.

Deuteronomio 26:5

Entonces esto es lo que debes declarar públicamente ante el Señor tu Dios, “Mi padre era un arameo que andaba de un lugar a otro. Sólo había unos pocos cuando él y su familia se fueron a vivir a Egipto. Pero se convirtieron en una nación grande y poderosa.