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Referencias Cruzadas
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Génesis 28:17

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Entonces se asustó y dijo: “¡Este es un lugar terrible! Debe ser la casa de Dios y la entrada al cielo”.

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16 Referencias Cruzadas  

Cuando Jacob se levantó en la mañana, tomó la Piedra que había puesto bajo su cabeza, y la colocó en forma vertical, como un pilar de piedra, y roció aceite de oliva sobre ella.

Y este pilar que he levantado aquí, será la casa de Dios, y yo te daré la décima parte de lo que me des”.

Los sacerdotes no podían levantarse para continuar con el servicio a causa de la nube, porque la gloria del Señor había llenado el Templo de Dios.

¡Cuán asombroso es Dios en su Templo! ¡El Dios de Israel le da fuerza y poder a su pueblo! ¡Alaben a Dios!

“¡No te acerques más!” le dijo Dios. “Quítate las sandalias porque estás parado en tierra sagrada”.

Luego dijo: “Soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob”. Moisés se cubrió el rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios.

Ten cuidado cuando entres en la casa de Dios. Es mejor escuchar y responder en lugar de ofrecer sacrificios sin sentido. La gente que hace tal cosa ni siquiera sabe que está actuando mal.

Cuando oyeron esto, los discípulos cayeron sobre sus rostros, completamente aterrorizados.

Y un ángel del Señor se les apareció, y la gloria de Dios brilló alrededor de ellos. Ellos estaban terriblemente aterrorizados.

El pueblo salió a ver lo que había ocurrido. Cuando vinieron donde estaba Jesús, encontraron al hombre libre de demonios. Estaba sentado a los pies de Jesús, usando ropas y en su sano juicio; y se asustaron.

si me demoro sepas cómo deben comportarse las personas en la casa de Dios. Esta es la iglesia del Dios viviente, el pilar de apoyo de la verdad.

Siendo que tenemos este gran sacerdote que está a cargo de la casa de Dios,

Porque el tiempo del juicio ha llegado, y comienza por la casa de Dios. Y si comienza por nosotros, entonces ¿cuál será el fin de los que rechazan la buena noticia de Dios?

Cuando lo vi, caí a sus pies como muerto. Pero él me tocó con su mano derecha y dijo: “No tengas miedo, yo soy el primero y el último.

“Definitivamente vamos a morir”, le dijo Maonaa su esposa, “¡porque hemos visto a Dios!”




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