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Referencias Cruzadas
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Génesis 21:17

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Dios escuchó el llanto del niño, y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo y le preguntó: “¿Qué ocurre, Agar? ¡No tengas miedo! Dios ha escuchado el llanto del niño desde donde está.

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31 Referencias Cruzadas  

Después de todo esto, Dios habló con Abrán en una visión, y le dijo: “¡No tengas miedo, Abrán! ¡Yo soy tu protector, y tu gran recompensa!”

Y siguió diciéndole: “Escucha, ahora estás embarazada y tendrás un hijo. Le pondrás por nombre Ismael, porque el Señor ha escuchado cuánto has sufrido.

Entonces el ángel del Señor vino al encuentro de Agar junto un manantial en el desierto que está de camino alsur.

Y le preguntó: “¿De dónde vienes, Agar, esclava de Sarai, y hacia dónde vas?” “Estoy huyendo de mi señora Sarai”, respondió Agar.

“Vuelve a donde tu señora y obedécele”, le dijo el ángel del Señor.

Pero el ángel del Señor le gritó fuerte desde el cielo, diciendo “¡Abraham! ¡Abraham!” “Sí, aquí estoy”, respondió.

“El Señor, el Dios del cielo, me tomó del seno de mi familia y de mi propio país. Habló conmigo y me juró, haciendo un voto con la promesa: ‘Yo le daré esta tierra a tus descendientes’. Él es quien enviará a su ángel delante de ti para que puedas encontrar a una esposa para mi hijo.

Y esa noche el Señor se le apareció y le dijo: “Yo soy el Dios de tu padre Abraham. No tengas miedo, porque yo estoy contigo. Te bendeciré y te daré muchos descendientes por causa de mi siervo Abraham”.

“¡Yo soy Dios, el Dios de tu padre! No temas ir a Egipto, porque te convertiré a ti y a tus descendientes en una gran nación.

Pero el Señor los ayudó con gracia y fue bondadoso con ellos. Los cuidó por su acuerdo con Abraham, Isaac y Jacob. Hasta el día de hoy no ha querido destruirlos ni echarlos de su presencia.

Joacaz pidió ayuda al Señor, y el Señor respondió a su petición porque vio lo mal que el rey de Aram trataba a Israel.

Pero tú ves la aflicción y angustia que causan. Toma esto en tus manos. Los indefensos confían en ti, pues tú defiendes a los huérfanos.

y llámenme cuando estén en problemas. Los rescataré, y me agradecerán”.

Déjenme en paz, pueblo que hace el mal. Porque el Señor ha escuchado mi llanto.

Tú escuchas nuestras oraciones y todos acuden a ti.

Cuando clamen a mí pro ayuda, Responderé; cuando estén en problemas, Estaré con ellos. Los salvaré y los honraré.

Pero Moisés le dijo al pueblo: “No tengan miedo. Quédense donde están y verán cómo el Señor nos salvará hoy. Los egipcios que ven ahora, ¡no los volverán a ver nunca más!

Si los maltratan, y ellos me piden ayuda, responderé a su clamor.

porque es la única ropa que tiene para su cuerpo. ¿De otro modo, con qué dormirá? Y si me pide ayuda, le escucharé, porque soy misericordioso.

Allí el ángel del Señor se le apareció en una llama de fuego desde dentro de un arbusto. Moisés miró con atención y vio que, aunque la zarza estaba ardiendo, no se estaba quemando.

“Soyplenamente consciente de la miseria de mi pueblo en Egipto”, le dijo el Señor. “Los he escuchado gemir por culpa de sus capataces. Sé cuánto están sufriendo.

Un mensaje sobre el Valle de la Visión (Jerusalén). ¿Qué está sucediendo? ¿Por qué todo el mundo se ha subido a los tejados?

¡No tengan miedo, porque yo estoy con ustedes! No tengan miedo, porque yo, su Dios, los haré fuertes, y ciertamente los ayudaré. Los apoyaré con mi mano fuerte, actuando a favor de lo que es justo.

Entonces Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: “Siento pesar por estas personas, porque han estado conmigo por tres días y no tienen nada que comer. No quiero que se vayan con hambre, no sea que se desmayen por el camino”.

Pero Jesús no prestó atención a lo que ellos dijeron. Entonces le dijo al líder de la Sinagoga: “No temas, confía en mí”.

Clamamos al Señor, el Dios de nuestros antepasados, y el Señor nos respondió al ver cuánto estábamos sufriendo, obligados a trabajar tan duro con tanta crueldad.

gritándoles. Los danitas se volvieron para mirarlos y le preguntaron a Miqueas: “¿Qué te pasa? ¿Por qué llamas a estos hombres para que vengan a por nosotros?”

Justo en ese momento Saúl volvía de arar un campo con sus bueyes. “¿Por qué están todos tan alterados?” , preguntó. Entonces le contaron lo que habían dicho los hombres de Jabes.




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