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Referencias Cruzadas

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Génesis 11:4

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Y entonces dijeron: “Construyamos ahora una ciudad para nosotros mismos con una torre cuya cúspide llegue hasta el cielo. Así lograremos tener una gran reputación y no andaremos dispersos por todo el mundo”.

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17 Referencias Cruzadas  

¿Adónde vamos? Nuestros hermanos nos aterrorizaron porque nos dijeron: ‘La gente es más grande y alta que nosotros; los pueblos son grandes, con altos muros que llegan hasta el cielo. ¡Hasta vimos a los descendientes del gigante Anac allí!’”

¿Cómo pueden creer en mí si buscan alabanza entre los unos y los otros y no la alabanza del único Dios verdadero?

Con su poder él ha destruido en pedazos a quienes con arrogancia piensan que son muy sabios.

Él dijo: “¡Yo fui quien construyó esta gran ciudad de Babilonia! Por mi propio gran poder la construí como mi residencia real para mi majestuosa gloria!”

Los Buenos son recordados como una bendición; pero la reputación de los malvados se pudrirá.

¡Escuchen, pueblo de Israel! Dentro de poco van a cruzar el Jordán para entrar y apoderarse del país y de naciones más grandes y fuertes que ustedes; países que tienen grandes ciudades con muros que llegan hasta el cielo.

David también se dio a conocer cuando regresó tras derrotar a dieciocho mil edomitas en el Valle de la Sal.

Crecía fuerte y alto, y llegaba hasta el cielo, de modo que podía ser visto por todo el mundo.

Y en esos días había gigantes en la tierra, y aún después los hubo también. Estos nacieron después de que los hijos de Dios se acostaran con las hijas de este pueblo. Sus hijos se volvieron grandes guerreros y hombres de renombre en la antigüedad.

Este eres tú, Majestad. Te has hecho fuerte, tu poder se ha hecho tan grande que ha llegado hasta el cielo, y tu dominio se extiende hasta los confines de la tierra.

Tus enemigos, Señor, tus enemigos morirán; ¡Todo el que haga el mal morirá!

Entoncesel Señor los dispersará entre las demás naciones, y no muchos de ustedes sobrevivirán en los países donde el Señor los ha exiliado.

Lanzando a los barcos al aire y luego arrastrándolos una vez más al suelo. Los navegantes estaban tan aterrorizados que su coraje se desvaneció.

Aunque Babilonia pudiera subir al cielo para fortalecer sus altas fortalezas, los que yo envíe a atacarla la destruirán, declara el Señor.

“Así que, Majestad, hazme caso. Deja de pecar y haz lo que es correcto. Acaba con tus iniquidades y sé misericordioso con los oprimidos. Tal vez entonces las cosas sigan yendo bien para ti”.




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