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Referencias Cruzadas
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Gálatas 6:9

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No nos cansemos nunca de hacer el bien, pues segaremos en el momento apropiado, si somos perseverantes.

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42 Referencias Cruzadas  

“Todavía es temprano”, dijo Jacob. “Es muy pronto para guardar las ovejas. ¿Por qué no les dan agua de beber y las dejan pastar un poco más?”

Todas las criaturas te buscan para que les des comida en el momento correcto.

Los que siembran en lágrimas cosecharán con gritos de alegría!

Todos los ojos están puestos en ti, llenos de esperanza; y tú les das alimentos a quienes lo necesitan a su tiempo.

El salario que reciben los malvados es engañoso, pero los que siembran bondad, cosecharán una buena recompensa.

Echa el pan a la superficie del agua, y muchos días después lo encontrarás de nuevo.

Te has estado quejando, diciendo: “¡Tengo tantos problemas porque el Señor me ha dado tristeza para agravar mi dolor! Me he agotado con mis gemidos. No consigo ningún alivio”.

me aseguraré de que llueva en el tiempo adecuado para que la tierra crezca bien y los árboles den su fruto.

Ese día, el mensaje al pueblo de Jerusalén será: “¡No temas, ni te desanimes!”

Ustedes dicen: “¡Esto es demasiada molestia!” y huelen la comida con repulsión, dice el Señor Todopoderoso. Pero cuando ustedes me traen como sacrificio animales que son robados, o están lisiados o enfermos, ¿debería yo aceptar tales ofrendas? Pregunta el Señor.

Todo el mundo los odiará a ustedes porque ustedes me siguen a mi, pero todo aquél que persevere hasta el fin, será salvo.

pero aquellos que se mantengan firmes hasta el fin serán salvos.

De la misma manera, el que tenía dos talentos obtuvo otros dos.

Jesús y sus discípulos se levantaron y lo siguieron.

Jesús le dijo al hombre con la mano lisiada: “Ven y párate aquí frente a todos”.

Jesus les contó este relato para animarlos a orar en todo momento y no rendirse:

Así que los que han seguido haciendo lo correcto, recibirán gloria, honor, inmortalidad y vida eterna.

Así que, mis queridos hermanos y hermanas: sean fuertes, permanezcan firmes, haciendo todo lo que puedan por la obra del Señor, pues saben que ninguna cosa que hagan por él es en vano.

Así pues, como Dios en su misericordia nos ha proporcionado esta nueva manera de relacionarnos con él, no nos rendimos.

Por eso no nos rendimos. Aunque nuestros cuerpos físicos están cayéndose a pedazos, nuestro interior se renueva cada día.

Quisiera recordarles esto: Si siembran poco, cosecharán poco; pero si siembran con abundancia, cosecharán abundancia.

Por eso les pido que no se desanimen por mi sufrimiento, ¡es por ustedes y deberían apreciarlo!

entonces enviaré lluvia para tu tierra en el momento adecuado, lluvia en otoño y primavera, para que puedan cosechar el grano, el vino nuevo y el aceite de oliva.

Hermanos y hermanas, no dejen de hacer el bien.

Piensen en Jesús, quien soportó tal hostilidad de un pueblo pecador, y así no se cansarán ni se desanimarán.

¿Acaso han olvidado el llamado de Dios cuando les habla como a hijos suyos? Él dice: “Hijo mío, no tomes con ligereza la disciplina de Dios, ni te des por vencido cuando te corrige.

Porque somos socios con Cristo siempre y cuando mantengamos nuestra confianza en Dios de principio a fin.

Pero Cristo es un hijo, a cargo de la casa de Dios. Y nosotros somos la casa de Dios siempre y cuando nos aferremos con confianza a la esperanza en la cual decimos que creemos con orgullo.

Amigos, sean pacientes y esperen el regreso del Señor. Consideren al agricultor que espera con paciencia la preciosa cosecha de la tierra mientras crece con la lluvia temprana y tardía.

Dios quiere que al hacer el bien ustedes hagan callar las acusaciones ignorantes de los necios.

Sin duda alguna, es mejor sufrir haciendo el bien, (si eso es lo que Dios quiere), que sufrir haciendo el mal.

De modo que los que sufren conforme a la voluntad de Dios, del Creador fiel, deben asegurarse de que están haciendo el bien.

Si tienes oídos, escucha lo que el Espíritu dice a las iglesias. A los que sean victoriosos les daré del maná escondido. Les daré una piedra blanca con un nombre nuevo escrito en ella, el cual nadie conoce sino solo quienes la reciben.

Conozco tu paciencia, y lo que soportaste por mi causa, y sé que nunca te rendiste.

Si tienen oídos, oigan lo que el Espíritu le dice a las iglesias. A los que sean victoriosos yo les daré el privilegio de comer del árbol de la vida, que está en el Paraíso de Dios.




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