Llevaremos los primogénitos de nuestros hijos y de nuestro ganado y de nuestras manadas y rebaños al Templo de nuestro Dios, a los sacerdotes que allí ejercen su ministerio, como lo exige la Ley.
Estuvieron felices de ayudarlos porque tienen esta deuda con ellos. Ahora que los extranjeros son partícipes de sus beneficios espirituales, están en deuda con los creyentes judíos para ayudarlos con cosas materiales.
Que prediques la palabra de Dios, sea conveniente o no, y dile a las personas lo que están haciendo mal; dales consejo y ánimo. Y enséñales esto con mucha paciencia.