Entonces el Señor dijo: “Mi espíritu de vida no permanecerá con este pueblo para siempre, porque son mortales. Ahora el tiempo de vida será de 120 años”.
Les digo, hermanos y hermanas, que el tiempo es corto, y de ahora en adelante, para los que están casados puede que parezca como si no estuvieran casados,
Queridos amigos, dado que tenemos estas promesas, limpiémonos de todo lo que contamina nuestro cuerpo y espíritu, procurando la santidad que nace de la reverencia a Dios.
Si ustedes siembran conforme a su naturaleza humana pecaminosa, de esa misma naturaleza segarán autodestrucción. Pero si siembran conforme al Espíritu, cosecharán vida eterna.
Todos una vez fuimos así, y nuestra conducta estaba determinada por los deseos de nuestra naturaleza humana pecaminosa y nuestros malos pensamientos. Como todos los demás, en nuestra naturaleza éramos hijos de la ira.
Ustedes fueron “circuncidados” en él, pero no con manos humanas. Han sido liberados de la naturaleza humana por la “circuncisión” que Cristo llevó a cabo.