De modo que ustedes deben reconocer que los que creen en Dios son los hijos de Abraham.
¡Sepan que el Señor es Dios! Él nos creó, y le pertenecemos. Somos su pueblo, el rebaño por el cual se preocupa.
Jesús le respondió diciendo: “Hoy ha venido la salvación a esta casa, porque este hombre ha demostrado que es hijo de Abrahán también.
De la misma manera, cuando ustedes vean ocurrir estas cosas, no será necesario que les digan que el reino de Dios está cerca.
“Nuestro padre es Abraham”, respondieron ellos. “Si ustedes realmente fueran hijos de Abraham, harían lo que Abraham hizo”, les dijo Jesús.
También fueron escritas para beneficio de nosotros, para los que seremos considerados justos porque confiamos en Dios, quien levantó a nuestro Señor Jesús de los muertos.
En consecuencia, los que creen en Dios son bendecidos junto a Abraham, que confió en Dios.
¡Paz y misericordia a todos los que siguen este principio, y al Israel de Dios!
Sepan que Timoteo ha sido liberado. Si llega pronto aquí, iré con él a verlos.