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Referencias Cruzadas

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Gálatas 3:22

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Pero la Escritura nos dice que todos somos prisioneros del pecado. El único modo en que podemos recibir las promesas de Dios es por la fe en Jesucristo.

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31 Referencias Cruzadas  

Por favor, no pongas a tu siervo bajo juicio porque nadie queda inocente ante tu vista.

Todo el que crea y sea bautizado será salvo, pero todo el que elija no creer, será condenado.

He venido como una luz que ilumina al mundo, así que si creen en mí no permanecerán en la oscuridad.

Pero estas cosas están escritas aquí para que ustedes puedan creer que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y que al creer en quien él es, ustedes tengan vida.

Cualquiera que confía en el Hijo tiene vida eterna, pero cualquiera que se niega a creer en el Hijo, no experimentará vida eterna, sino que sigue bajo la condenación de Dios.

Les digo la verdad: aquellos que siguen lo que yo digo y creen en Aquél que me envió, tienen vida eterna. Ellos no serán condenados, sino que habrán pasado de la muerte a la vida.

Lo que mi Padre quiere es que cualquiera que vea al Hijo y crea en Él tenga vida eterna, y yo lo levantaré en el día final”.

“Cree en el Señor Jesús y serás salvo, tú y toda tu casa”, respondieron.

Porque si declaras que aceptas a Jesús como Señor, y estás convencido en tu mente de que Dios lo levantó de los muertos, entonces serás salvo.

Porque Dios trató a todos como prisioneros por causa de su desobediencia, a fin de poder ser misericordioso con todos.

Este carácter recto de Dios viene a todo aquél que cree en Jesucristo, aquellos que ponen su confianza en él. No importa quienes seamos:

Todos hemos pecado y hemos fallado en alcanzar el ideal glorioso de Dios.

Porque a través de un hombre el pecado entró al mundo, y el pecado condujo a la muerte. Y de esta manera la muerte llegó a todos, porque todos eran pecadores.

De modo que a través de Cristo Jesús la bendición de Abraham pudo llegar también a los extranjeros, y nosotros pudimos recibir la promesa del Espíritu por nuestra fe en Dios.

Déjenme explicarles: La ley, que llegó cuatrocientos treinta años después, no cancela el pacto anterior que Dios había hecho, quebrantando la promesa.

Antes de que confiáramos en Jesús permanecíamos bajo custodia de la ley hasta que se reveló este camino de la fe.

¡Si son de Cristo, son hijos de Abraham, y herederos de la promesa!

Esta carta viene de parte de Pablo, apóstol de Cristo Jesús y escogido por Dios, y es enviada con el fin de contar sobre la promesa de una vida real, es decir, en Cristo Jesús.

Por eso él es el mediador de una nueva relación de pacto. Puesto que la muerte ha ocurrido para liberarlos de los pecados cometidos bajo la relación del primer pacto, ahora los que son llamados pueden recibir la promesa de una herencia eterna.

Por medio de estas promesas podemos participar de la naturaleza divina, deshacernos de la corrupción que producen los deseos malos de este mundo.

Pero en lo que a nosotros concierne, buscamos nuevos cielos y nueva tierra que Dios ha prometido, y donde hay justicia.

La vida eterna. ¡Eso es lo que nos ha prometido!




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