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Referencias Cruzadas
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Gálatas 1:6

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Estoy sorprendido de cuán rápidamente están abandonando al Dios que los llamó por la gracia de Cristo. Se están convirtiendo a otro tipo de buena noticia

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33 Referencias Cruzadas  

Pero ellos olvidaron rápidamente lo que Dios había hecho por ellos, y no escucharon sus advertencias.

El Señor dice: “Este pueblo viene a alabarme con sus palabras, y me honran con sus labios, pero sus pensamientos están muy lejos. Su culto a mí sólo consiste en que siguen reglas que la gente les ha enseñado.

Y estaba sorprendido por su falta de fe. Jesús viajaba por las ciudades cercanas, enseñando a su paso.

El hombre respondió: “¡Es algo increíble! Ustedes no saben de dónde viene pero él abrió mis ojos.

Estamos convencidos de que somos salvos mediante la gracia del Señor Jesús, así como ellos”.

Ellos no comprenden cómo Dios nos hace justos, y tratan de justificarse a sí mismos. Se niegan a aceptar la manera en que Dios justifica a las personas.

Porque es por medio de Jesús, y por nuestra fe en él, que hemos recibido acceso a esta posición de gracia en la que estamos, esperando con alegría y confianza que podamos participar de la gloria de Dios.

Sabemos que en todas las cosas Dios obra para el bien de los que le aman, aquellos a quienes él ha llamado para formar parte de su plan.

A los que escogió también llamó, y a aquellos a quienes llamó también justificó, y a quienes justificó también glorificó.

Aunque ustedes tengan miles de instructores cristianos, no tendrán muchos padres. Y fue en Cristo Jesús que yo me convertí en padre al compartir la buena noticia con ustedes.

Si alguno llega a hablarles sobre un Jesús distinto al que nosotros hemos compartido con ustedes, fácilmente ustedes concuerdan con ellos, aceptando un espíritu diferente al que han recibido, y una buena noticia distinta a la que creyeron.

No somos como la mayoría, que hacen negocios con la palabra de Dios por conveniencia. Muy por el contrario: somos sinceros al predicar la palabra de Dios en Cristo, sabiendo que él nos ve.

Permítanme aclarar esto, amigos míos, respecto a la buena noticia que estoy declarando: Que no vino de ningún ser humano.

Pero en el momento que Dios (quien me había separado desde mi nacimiento) me llamó por su gracia, y se complació

¡una que no es ninguna buena noticia en absoluto! Hay algunos por ahí confundiéndolos, queriendo pervertir la buena noticia de Cristo.

Cuando comprendí que no tenían una posición firme en cuanto a la verdad de la buena noticia, le dije a Pedro delante de todos: “Si eres judío pero vives como los extranjeros y no como judío, ¿por qué obligas a los extranjeros a vivir como judíos?

Fui por causa de lo que Dios me había mostrado. Me reuní en privado con los líderes reconocidos de la iglesia allí y les expliqué sobre la buena noticia que estaba compartiendo con los extranjeros. No quería continuar el camino que hasta ese momento había seguido, y por el cual había trabajado tanto, y que al final fuera en vano.

Pero nunca cedimos a ellos, ni siquiera por un momento, sino que queríamos asegurarnos de mantener la verdad de la buena noticia intacta para ustedes).

Por el contrario, cuando se dieron cuenta de que se me había dado la responsabilidad de compartir la buena noticia con los extranjeros, del mismo modo que a Pedro se le había dado la responsabilidad de compartir la buena noticia con los judíos,

Pues toda la ley se resume en este mandamiento: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.

Los que entre ustedes creen que pueden ser justificados por la ley, están separados de Cristo y han abandonado la gracia.

A esto los llamó Dios por medio de la buena nueva que compartimos con ustedes, para que pudieran ser partícipes de la gloria de nuestro Señor Jesucristo.

Nuestro Señor, en su gracia, me llenó hasta la saciedad con la fe y el amor que provienen de Cristo Jesús.

Cuando iba de camino a Macedonia, te pedí que te quedaras en Éfeso, para que pudieras hablar con los que enseñan falsas ideas y les insistieras en que dejaran de hacerlo.

Él es el que nos ha salvado y nos ha llamado para vivir una vida santa, no por medio de lo que hacemos, sino por medio del propio plan de Dios y por medio de su gracia.

Así que, hijo mío, sé fuerte en la gracia de Cristo Jesús.

Ahora necesitan ser santos en todo lo que hagan, así como Aquél que los llamó es santo.

Por su poder divino hemos recibido todas las cosas necesarias para una vida cuyo centro es Dios. Esto sucede al conocerlo a él, quien nos llamó a sí mismo por su propia gloria y bondad. De este modo él nos ha entregado promesas maravillosas y preciosas.

Que la gracia del Señor Jesús esté con los creyentes. Amén.




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