Esta carta viene de Pablo, un apóstol no designado por ninguna organización o autoridad humana. Muy por el contrario, fui designado por Jesucristo y Dios, el Padre, quien levantó a Jesús de entre los muertos.
Estoy sorprendido de cuán rápidamente están abandonando al Dios que los llamó por la gracia de Cristo. Se están convirtiendo a otro tipo de buena noticia