¡No tengan miedo, porque yo estoy con ustedes! No tengan miedo, porque yo, su Dios, los haré fuertes, y ciertamente los ayudaré. Los apoyaré con mi mano fuerte, actuando a favor de lo que es justo.
Finalmente, hermanos y hermanas, me despido. Sigan mejorando espiritualmente. Anímense unos a otros. Estén en armonía. Vivan en paz, y que el Dios de amor y paz esté con ustedes.
Entonces Moisés convocó a todos los israelitas y les dijo: Escuchen, pueblo de Israel, las reglas y preceptos que les doy hoy. Apréndanlas y asegúrense de seguirlas cuidadosamente.
Ustedes fueron imitadores de nosotros y de Dios cuando recibieron el mensaje, pues a pesar de sus problemas experimentaron el gozo que viene del Espíritu Santo.
Hermanos y hermanas, la experiencia que ustedes han tenido es semejante a la de aquellas iglesias de Dios que pertenecen a Cristo y están en Judá. Así como sus hermanos los judíos cristianos sufrieron en manos de líderes judíos,
Que el mismo Dios de paz los santifique por completo, y que todo su ser—cuerpo, mente y espíritu—permanezca irreprochable para el regreso de nuestro Señor Jesucristo.