Si me digo a mí mismo: “No hablaré más de él, ni siquiera mencionaré su nombre”, entonces su mensaje es como un fuego atrapado dentro de mí, que me quema por dentro. Me estoy cansando de aguantar. Simplemente no puedo ganar.
Pero en cuanto a mí, estoy lleno de la ira del Señor; me cuesta mucho contenerla. El Señor responde, Derrámalo sobre los niños en la calle, y sobre los grupos de jóvenes, porque tanto el marido como la mujer van a ser capturados; son todos, y no importa la edad que tengan.
Dejen que el mensaje de Cristo habite completamente en ustedes. De las maneras más sabias instrúyanse unos a otros por medio de salmos e himnos y cantos espirituales, alabando a Dios con sus corazones.