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Referencias Cruzadas
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Éxodo 40:35

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Moisés no pudo entrar en el Tabernáculo de Reunión porque la nube permaneció sobre ella, y la gloria del Señor llenó el Tabernáculo.

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15 Referencias Cruzadas  

Cuando los sacerdotes salieron del Lugar Santo, la nube llenó el Templo del Señor.

Por causa de la nube, los sacerdotes no pudieron quedarse allí para realizar su servicio, pues la gloria del Señor había llenado el Templo del Señor.

Los sacerdotes no podían entrar en el Templo del Señor porque la gloria del Señor llenaba el Templo del Señor.

Mientras Aarón aún hablaba a todos los israelitas, miraron hacia el desierto y vieron aparecer la gloria del Señor en una nube.

Me reuniré con los israelitas allí, y ese lugar será sagrado por mi gloria.

Entonces el Señor creará sobre todo el monte Sión y sobre la asamblea de los que allí se reúnan una nube de humo durante el día y una llama de fuego ardiente durante la noche; sobre todo habrá este dosel glorioso.

Esto es lo que dice el que está por encima de todo, el que vive en la eternidad, cuyo nombre es santo: Yo vivo en un lugar alto y santo, junto a los que se arrepienten y actúan con humildad, restaurando sus espíritus y animándolos.

El sonido de sus gritos hizo temblar las columnas y los postes de las puertas, y el Templo se llenaba de humo.

Entonces la gloria del Señor se elevó por encima de los querubines y se dirigió a la entrada del Templo. La nube llenó el Templo, y el resplandor de la gloria del Señor llenó el patio.

La gloria del Señor entró en el Templo por la puerta oriental.

El Señor le dijo a Moisés: “Adviértele a tu hermano Aarón que no venga al Lugar Santísimo en cualquier momento que lo desee, de lo contrario morirá. Porque ahí es donde aparezco en la nube sobre la cubierta de expiación del Arca, detrás del velo.

Cada vez que Moisés entraba en el Tabernáculo de Reunión para hablar con el Señor, oía la voz que le hablaba desde la tapa de expiación del Arca del Testimonio entre los dos querubines. Así es como el Señor le habló.

La nube cubrió la Tienda del Testimonio (el Tabernáculo) el día en que fue erigida, y se vio como fuego sobre ella desde la noche hasta la mañana.

Entonces el Templo se llenó de humo que provenía de la gloria de Dios y de su poder. Y nadie podía entrar al Templo hasta que las plagas que venían del cielo hubieran terminado.




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